Cómo comenzó todo

18/10/2024

Todo comenzó con la idea de participar como espectador de una conferencia. En esa altura del 2017 me había trasladado a la ciudad de Porto, Portugal, para continuar mis estudios universitarios de Arquitectura. Me faltaban 3 semestres para graduarme, y ese semestre en Porto casi todos mis cursos eran en la facultad de Bellas Artes. Estaba dando un giro interesante, y yo estaba disfrutando mucho la vida en esa ciudad tan inspiradora y estimulante.

Entonces mi hermano me envía un link sobre una conferencia que se iba a dictar en Praga, sobre construcción natural. Yo no tenía idea que era, pero me pareció interesante ir a un encuentro de ese tipo, y además ir a conocer Praga. Asique fui, en lo que iba a ser una visita de 1 semana, se convirtió en un viaje de 4 meses. Para esa altura, ya había decidido "congelar" mis estudios. Me quedaba solo 1 año para terminar, pero estaba en un momento de la vida en que quería explorar más.

La conferencia fue muy inspiradora. Pude escuchar a grandes maestros como Gernot Minke, Sigi Koko, y muchos otros que estaban en este evento. Me abrió los ojos a muchas posibilidades. Fue entonces cuando quedé con ganas de poner las manos en la masa, y así, me puse a buscar workshops en Europa. Habían muchas alternativas, y dentro de las que más me parecían interesantes, había uno de dos semanas en las islas Azores. Estas son un archipiélago de 9 islas en medio del océano atlántico, partes del territorio Portugués. Ya tenía muchas ganas de conocer este lugar, por que parecía ser muy exótico y de paisajes impresionantes.

Entonces decidí inscribirme. Este sería mi ultimo tiempo en Europa, pues después del workshop, me quedaría solo una semana para explorar la isla, y luego debía volver a Chile, volver a completar mis estudios.

El workshop era dictado por Claudine, una mujer que llevaba muchos años enseñando la técnica de Cob por todo el mundo con su organización CruzinCobGlobal. El workshop fue fascinante, pude aprender directamente trabajando y construyendo una estructura de Cob. Ahí también conocí personas muy interesantes, muchas con las que aún me veo y mantengo contacto. Ya terminando el workshop, decidimos realizar otro, para aprender cómo construir hornos de barro.

Yo solo iba por 3 semanas a la isla, y me terminé quedando 7 meses. Volví a congelar mis estudios, esta vez por 1 año completo, pues quería seguir en la isla, seguir en Europa, seguir construyendo con barro, conociendo personas, y creciendo personalmente. Fueron unos meses muy lindos de mi vida, en donde conocí personas maravillosas, y en donde construímos varios hornos de barro por la isla.

Llegaba el invierno y ya sentí que era momento de volver a Chile, volver a estudiar, mi último año, para graduarme como arquitecto. Y así lo hice.

Volví a Chile después de casi dos años, y la verdad todo seguía igual. Siempre es así en los viajes, no? Uno se va, experimenta cosas nuevas, conoce lugares, personas y culturas diferentes, y luego vuelve al lugar de origen y todo parece estar igual. El que cambió es uno.

De vuelta en la universidad se sentía bien, estaba en el año en que desarrollaba mi proyecto de título, pues era el momento más interesante. Pasaban los meses y ya veía todo el episodio del barro y la construcción en tierra como algo lejano, como algo que había pasado. Y fue entonces cuando me contacta Claudine y me dice que quería invitarme a ser asistente para un workshop en Colorado, Estados Unidos, durante el invierno en Chile. Me pareció una excelente oportunidad, y las ganas de construir con tierra y seguir aprendiendo volvieron rápidamente. Fui, esta vez era un workshop de 4 semanas. Vivir con 10 personas por 4 semanas es una experiencia muy intensa, muy linda, una experiencia de vida en comunidad con personas desconocidas, conocerlas, profundamente, trabajar juntos, levantar una casa juntos, con nuestras manos y pies. Fue una experiencia inolvidable sin duda, como cada workshop de construcción con tierra.

Volví a Chile más inspirado aún, ya planificando un workshop con Claudine en Chile, en un proyecto familiar en la región del Ñuble. Terminé mis estudios, me gradué felizmente con un proyecto que disfruté mucho, y apenas terminé con ese proceso, me fui a preparar todo para el workshop, esta vez de 5 semanas, en donde construiríamos una casa de baño completa.

Y sucedió. Fue nuevamente una gran experiencia, conocer gente de tantos lugares diferentes, construir en conjunto, aprender, reír, comer muy bien, ver cómo avanzaba la construcción, y cómo eramos tan fuertes y comprometidos de levantar una casita de barro en tan solo 5 semanas, desde el inicio hasta el fin. Ahí conocí mucha gente, y rápidamente nos hicimos amigos.

Al cabo de un mes, ya estaba en un avión rumbo a Brasil, en donde iría a encontrarme con otros participantes del workshop, para construír una casa de Cob en el estado de Rio. Esta vez era un proyecto grande, guiado por nosotros. Nuevamente el viaje me envolvía, ofreciendome tantas posibilidades, aprendiendo y creciendo tanto, fortaleciendo vínculos, y conociendo nuevas culturas e idiomas.

Fueron talvéz 5 meses ahí, conociendo un pedacito de Brasil, sus personas y paisajes. No fue facil, claro que hubieron muchos momentos dificiles de relaciones, de frustraciones, de aburrimiento. Es parte del viaje también.

Pero ya llegaba la hora de salir. Iba a volver a Colorado, a este lugar donde el año anterior había participado del workshop, pero esta vez iba como encargado de la construcción de una gran casa de Cob. Y llevaba a muchos amigos conmigo, para que pudieran participar de la obra. Iban a ser 3 meses intensos de trabajo con tierra, para luego volver a Brasil.

Pero la vida a veces tiene otros planes, y no pude entrar a Estados Unidos. Esa es ya otra historia para contar. Entonces, luego de una larga espera e historias que sucedieron en ese aeropuerto, volví a Chile, en medio del invierno, sin saber qué hacer. Lo que sí sabía es que quería seguir trabajando con el barro.

Me ofrecieron una oportunidad de trabajo en un lodge de montaña. No tenía muchas opciones, asique acepté. Me gusta la montaña y esquiar, por lo que parecía ser una linda instancia para organizar mis pasos a seguir, mientras trabajaba por dos meses en algo tranquilo. Ahí conocí a Damián, que pasó a ser una persona muy importante en mi vida, y que justo estaba diseñando su casa. Quería bioconstruirla, y yo le ofrecí mis servicios. Además planificamos un workshop de CruzinCobGlobal en su terreno, en Pucón.

En el entretanto, decidí volver a Brasil. Tenía algunos temas inconclusos y quería resolverlos. Además, había un lugar que tenía muchas ganas de conocer, TIBÁ - Instituto de Tecnologías Intuitivas y Bio arquitectura, en el estado de Rio también. Les escribí ni se cuántas veces, y nunca me respondían. Pero yo soy así: escribo, insisto, y si no me responden no me importa. Siempre sigo intentandolo como sea, con tal de poder conocer un lugar, una persona, o una experiencia.

Y el día que tomaba el avión, esa mañana, recibo una llamada de un numero brasilero. Era Aga, de TIBÁ. Y me dice algo así como: "Hola, he visto que has escrito muchas veces diciendo que quieres venir, y ya me parece divertido que sigas escribiendo y no te respondamos. Quiero saber quién eres, qué haces y por qué quieres venir". A modo de resumen le conté quién era, y me dice "Ok, puedes llegar aqui el sábado, puedes quedarte 1 mes como voluntario, y puedes participar de los cursos que se ofrezcan durante tu estadía". Y yo le dije "ok, nos vemos el sábado".

Coincidencias, lindas coincidencias de la vida. Ahora todo mi viaje se volcó a otro propósito. Y fui a TIBÁ y tuve el honor de conocer a Johan van Lengen, el creador del Manual del Arquitecto Descalzo y un gran referente a nivel mundial de la bioconstrucción. Además pude estar y trabajar en TIBÁ en obras maestras construídas por Minke, Belanco, y otros maestros. Sin duda hubo mucho aprendizaje en este maravilloso lugar, y nuevamente mucha inspiración.

Volví a Chile, a realizar el workshop de Cob y luego iniciar la construcción de una casa en quincha liviana. Me vi enfrentado a una nueva técnica y rápidamente me fui adaptando a ella. Aprendí mucho en el camino, muchos libros me ayudaron, y la misma experiencia fue la que más me enseñó.

En ese momento de la vida, con Damián nos asociamos y comenzamos nuestro estudio de arquitectura, PIWA. Con la llegada de la pandemia, nos llegó también mucho trabajo y comenzamos un hermoso camino que al día de hoy nos sigue motivando y moviendonos.

Ya estaba establecido como arquitecto. Y yo quería más, quería seguir aprendiendo, seguir en instancias educativas como los workshops. Y entonces Claudine nuevamente me invita a enseñar quincha liviana en un workshop, esta vez en la Isla donde todo comenzó. Seguíamos en pandemía, y se veía imposible tomar un avión. Pero lo logré. Y volví a esta isla, esta vez a enseñar.

Claudine pasó a ser más que una maestra, también una gran amiga con la que ya llevamos 7 años de amistad y trabajo.

Y así siguieron los años, llendo y viniendo, trabajando en Chile como arquitecto con mi propio estudio, realizando algunas construcciones de tierra, y volviendo al verano europeo para enseñar talleres. Fue en el 2023 en donde enseñé mi primer workshop solo, de 5 semanas, en la casa de mi querida amiga Ana, en la misma Isla que me inició en este camino. Una vez más, una experiencia inolvidable. Y fue ahí en donde me di cuenta de mi pasión por enseñar estas técnicas, poder inspirar a otras personas a seguir ese camino, a construir sus propias casas, a trabajar con la tierra y crear construcciones sostenibles.

En Chile, comencé a construir también mi propia casa de quincha liviana, mientras seguía con todos estos proyectos paralelos. Tierramigo fue creciendo cada vez más, y comencé a planear otros talleres, además de los que impartía junto a CruzinCobGlobal. Talleres online y talleres presenciales. Un pie en Chile y otro en Portugal, curiosamente. Cada año volviendo a este país, a estas islas. Con el corazón lleno de tantas personas que he conocido en este camino, y con sed de más, de conocer más proyectos, más personas, enseñar, aprender, construir, que hayan más construcciones de tierra en el mundo. Salir del concepto de que la bioconstrucción es algo "hippie". Demostrar que la bioconstrucción bien ejecutada es lujo, elegante, y de gran performance térmico y acústico. Y claro, ambiental.

Y aquí estoy ahora, arriba de un avión, arriba del atlántico. Dejándo la isla una vez más, sabiendo que voy a volver, porque ya es mi casa. Con lindos proyectos concretados y muchos otros en camino. Planificando los próximos meses con talleres. A donde le barro me lleve, yo voy! Poniendo un grano de arena en este cambio de paradigma. Intentando llevar la bioconstrucción e otros espacios, sacándola de sus prejuicios, enalteciendola y profesionalizandola. Y cada vez somos más en este camino, reviviendo técnicas ancestrales, eso es lo lindo y lo que inspira más.

De alguna manera, el barro me ha construído a mi. Siempre me enseña, me conecta, me muestra el ritmo de la vida. El barro se ha convertido en un gran maestro.


Ya son 8 años aprendiendo, y así seguiremos! La vida siempre sabe más.